viernes, 5 de diciembre de 2008

¿Pasará la gran prueba?


Mantener un nivel alto y estable de crecimiento económico en un contexto de crisis mundial es todo un desafío para cualquier país. El gobierno chino lo sabe y está dispuesto a todo para lograrlo. Pero, ¿pasará esta gran prueba?


El super plan

Por lo pronto, el gobierno chino aprobó el 9 de noviembre un paquete de estímulo de unos 600 mil millones de dólares, cuya inversión apunta a la construcción de viviendas, transporte, infraestructura además de beneficios tributarios y programas sociales.

Del paquete, el grueso de las inversiones está en la construcción de carreteras, autopistas y aeropuertos, seguido de las labores de reconstrucción tras el terremoto de Sichuan.

El gobierno financiará cerca de un 30% del total y espera obtener el resto de las autoridades locales, bancos estatales y negocios.

Beijing precisó que realizará inversiones por 1.4 billones de dólares, con el objetivo específico de enfrentar la crisis económica mundial.

También se aplicarán otras medidas para crear empleo e incrementar la capacidad adquisitiva, por ejemplo a través de subsidios dirigidos a familias de bajos ingresos.

El aspecto más importante del programa es que el gobierno ha enviado un claro mensaje de que hará lo que sea necesario para mantener un crecimiento económico cercano al 8%. Esto es crucial porque sirve para apuntalar la confianza de las compañías, alentándolas a seguir invirtiendo, y de paso también al ciudadano común.

Varios observadores apuntan que la inversión en un sistema de seguridad social más amplio y en la reducción de la brecha de ingresos debería ser la prioridad del plan, en lugar del gasto en infraestructura. Debido a este motivo ponen en duda que el paquete de estímulo logre hacer despegar el consumo interno.

Y no les falta razón, para ello es necesario incrementar el gasto en salud y educación, de tal manera que las familias no tengan que preocuparse tanto por ahorrar para cubrir estos servicios y se animen a gastar más. Solo en la medida en que se eleve el consumo, será posible alcanzar un crecimiento más balanceado. Pero ese es un objetivo de largo aliento.

La meta inmediata del gobierno es evitar que el crecimiento económico disminuya drásticamente. Y en ese sentido, la inversión en infraestructura es más efectiva en la reactivación del crecimiento económico que los beneficios sociales o recortes tributarios, los cuales como señala un experto, quizás serían ahorrados en lugar de gastados.

Y las medidas de estímulo continúan. La semana pasada China recortó sus tasas de interés para préstamos y depósitos a un año en 1.08%, fijándolas en 5.58% y 2.52% respectivamente. Esta disminución en las tasas de interés de referencia es la mayor desde la crisis financiera asiática.

Asimismo, el gobierno dispuso una reducción en el coeficiente de reserva bancaria, de 1% para los bancos grandes y 2% para los pequeños.

Todo con el objetivo facilitar el acceso de las compañías a fondos, con lo que se espera contrarrestar los efectos de la caída en las exportaciones y estimular el consumo.

Analistas internacionales y el propio gobierno esperan que el paquete de estímulo ayude a reducir la ralentización de la economía china, pero saben que no la evitará.

Hay motivos para preocuparse

Los indicadores económicos de octubre ya muestran una ralentización mayor a la esperada en comercio, actividad manufacturera y demanda interna.

Zhang Ping, presidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma, sostiene que una ralentización más aguda se ha hecho evidente en algunos de los indicadores económicos de noviembre y que la presión del desempleo en 2009 aumentará, por lo que advierte que tal situación podría generar inestabilidad social.

Añadió que la crisis financiera global todavía no ha tocado fondo. Su impacto mundial sigue en aumento y sus efectos en China también.

El fin de semana pasado, hasta el propio presidente Hu Jintao, quien no suele pronunciarse sobre temas económicos, advirtió que la crisis financiera global está socavando la ventaja competitiva comercial de China y que pondrá a prueba la capacidad del gobierno para sacar adelante al país.

Este contexto podría causar recortes de producción y quiebras que llevarían a despidos masivos, desatando descontento social.

Y es que a China no solo le basta seguir creciendo, tiene que hacerlo a un ritmo que bordee el 8%. Un alto nivel de crecimiento es todo un lujo en momentos como estos, pero en China resulta indispensable para dar empleo a de 10 a 12 millones de personas que entran a formar parte de la población activa, además de los que provienen del campo.

Una elevada tasa de crecimiento permite al gobierno mantener la estabilidad política y la legitimidad del régimen. Como la economía china aún está en transición, un crecimiento sólido sirve de plataforma para la creación de empleo, y contribuye a que la población con salarios bajos y trabajos de baja productividad, mejore gradualmente su nivel de vida.

¿Qué pasará en 2009?

El Banco Mundial prevé que la economía china se expandirá 9% este año y 7.5% en 2009, lo que sería su nivel más bajo de crecimiento en 18 años.

La mayoría de los analistas consideran que la receta del gobierno chino es la mejor en estos tiempos de crisis, aumentar el gasto fiscal y flexibilizar la política monetaria.

Pero hay pronósticos muy sombríos. Jim Walker, ex economista en jefe de CLSA prevé que el crecimiento económico en China caerá a 4 ó 5% en 2009, pronóstico similar a los anunciados últimamente por Royal Bank of Scotland,JPMorgan y Credit Suisse. Otros hasta prevén una contracción en la economía china para el próximo año.

Ventajas de China en medio de la crisis.

Como resultado de la crisis China ha resultado beneficiada por una caída en los precios de la energía y materias primas, que bordea el 50% en los últimos tres meses. Esto facilita la siguiente fase del crecimiento económico chino.

El gigante asiático inclusive puede echar mano de su enorme superávit fiscal, su capacidad de endeudamiento en desuso, o por último sus cuantiosos activos estatales.

En el primer semestre del año el superávit fiscal del país fue de unos 179 mil millones de dólares. La deuda nacional es de unos 746 mil millones de dólares o un 18% del PIB cuando la media de los países desarrollados es de 60% del PIB.

Decidido a todo

Este miércoles el Consejo de Estado anunció hará uso de una serie de herramientas como tasas de interés, coeficiente de reserva bancaria y el tipo de cambio para garantizar una amplia liquidez en el sistema bancario y frenar la ralentización. También se aplicarán medidas para estabilizar el mercado de valores, ofrecer nuevos canales de financiamiento, promover los seguros agrícolas y para la compra de autos y casas, atención médica y pensiones, entre otras.

El gobierno chino hará lo posible y lo imposible para pasar el examen, por el bien de todos esperemos que lo logre.

No hay comentarios: